“La frágil recuperación de la crisis derivada de la pandemia del covid-19 y los efectos de la guerra en Ucrania llevaron al Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, DESA, a reducir sus perspectivas de crecimiento global para este año a 3,1 %, casi un punto porcentual menos con respecto al 4 % que había previsto en enero de 2022.”
Desalentadoras noticias las que recibimos de la Organización de las Naciones Unidas sobre la economía y los alimentos en el mundo.
Según las nuevas proyecciones, el PIB global ganará este año 3,1 %, casi un punto menos de lo que se estimó en enero. La inflación, en tanto, avanzará una media de 6,7 % impulsada por los precios de los alimentos y la energía. El deterioro incluye a las potencias económicas mundiales: Estados Unidos, China y la Unión Europea.
En cuanto a la situación alimentaria, el informe de la ONU conocido el día de ayer establece que si los precios de los fertilizantes continúan al alza y persiste la actual crisis de cereales y del aceite de cocina, esta situación podría acabar afectando a muchos otros alimentos como el arroz, un escenario que puede repercutir en miles de millones de personas en Asia y América.
La frágil recuperación de la crisis derivada de la pandemia del covid-19 y los efectos de la guerra en Ucrania llevaron al Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, DESA, a reducir sus perspectivas de crecimiento global para este año a 3,1 %, casi un punto porcentual menos con respecto al 4 % que había previsto en enero de 2022.
En solo 2 años, el número de personas con inseguridad alimentaria grave se ha duplicado y pasó de 135 millones antes de la pandemia a 276 millones en la actualidad.
“Más de medio millón de personas viven en condiciones de hambruna, un aumento de más del 500 % desde 2016”, ha sido el lamentable anuncio realizado por el secretario general del organismo internacional.
De esa manera se prevé que la inflación global alcanzaría el 6,7 % este año, esto es más del doble del índice de 2,9 % registrado en el periodo de 2010 a 2020.La inflación en Estados Unidos registra el nivel más alto en cuatro décadas y también está al alza en muchos países de Asia Occidental, América Latina y el Caribe y en la Comunidad de Estados Independientes.
El informe amplió el campo de acción sobre esta problemática al indicar que la emergencia climática, con 1700 millones de personas afectadas por condiciones meteorológicas durante la última década, el covid-19, un desigual periodo de recuperación tras la pandemia que ha afectado al pago de la deuda de los países en desarrollo y la guerra en Ucrania, son los otros factores que contribuyen a aumentar el hambre en el mundo.
La triste conclusión a la que se llega en este informe de la ONU es que el aumento de la pobreza agudizará inevitablemente la desigualdad en muy poco tiempo, tanto dentro de los países como entre ellos.
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