Es común a veces caer en este tipo de relaciones en las que todo el mundo te dice que no es buena para ti, que has cambiado mucho desde que estás con esa persona, pero tú no lo ves, incluso no te das cuenta y piensas que todo el mundo está loco. Que lo que quieren es separarte de tu pareja o existe el otro escenario, en donde puede que lo sepas pero igual no puedes dejar a la persona.
En ambos casos esto es debido a que estableces un vínculo histérico con tu pareja, caracterizado por una forma insana de vincularse con el otro, donde te traicionan, sientes rabia pero después empiezas a tener sentimientos muy apasionados hacia esa persona.
Incluso la deseas más, porque son relaciones muy ambivalentes de amor-odio, donde una parte de ti se siente enojada, pero al mismo tiempo sigues teniendo una gran necesidad de recuperar. Allí inicia el ciclo de romper la relación, luego te arrepientes, regresas, perdonas y más tarde te la vuelven a hacer. Y así se vuelve interminable porque una persona con un vínculo histérico se muere por regresar siempre.
De hecho, para poder perdonar a la pareja que los ha engañado, lo que hacen es recurrir al autoengaño, es decir, satanizan al amante y justifican a la pareja diciendo: ¡Claro sí es que es ella! ¡Es una destructora de hogares! ¡Con sus encantos lo sedujo!
Esto por la necesidad de mantener la imagen de la pareja intacta con tal de no terminar la relación, lo que hace que se perpetúe el engaño, porque el que engaña sabe que no hay consecuencias definitivas y que siempre lo perdonan, así que lo hace una y otra vez. El que está aferrado a la relación cree que ama más, pero lo que en realidad es que está necesitando ansiosamente a la otra persona y no es amor, solo reducen a la persona a una condición de pastilla sin la cual no pueden vivir.
¿Por qué llegamos a eso? Porque generalmente el otro, suele ser una persona manipuladora que te hace ver que es la única persona que te entiende, que te quiere y a la que le importas.
Entonces te empieza a alejar de todo tu círculo social y te hace ver que ellos nunca te han querido, que te tienen envidia, que tus papás te creen poca cosa, que te comparan mucho con los hermanos, así que tu empiezas a creer que es la única persona que te comprende.
De esa manera te vas convirtiendo en una persona dependiente de su amor y aprobación y como no es abiertamente agresivo, te hace un refuerzo variable, es decir un día te dice lo maravilloso que eres pero al otro te dice que te odia, luego te quiere otra vez y así sucesivamente. Tú no terminas la relación porque tienes la creencia de que si ya han estado bien en otras etapas de la relación entonces, ¿por qué todo no va a poder ser como antes? Y es justo este pensamiento el que te esclaviza y desenfoca.
Por otro lado, una infancia de desamor, donde aprendiste que el amor es dolor y abandono, hace que tengas la tendencia más fácil a que si conoces una pareja parecida a tus padres, eso lo identificas como amor y te enganchas.
Si tu autoestima está baja, peor, porque tienes la sensación de que el otro te está haciendo un favor por estar contigo y que por lo tanto tú en retribución, debes aguantar todo maltrato de su parte. Crees que ese es el precio que debes pagar ya que nadie te va a amar como esa persona y es a lo máximo que puedes aspirar, por eso este tipo de relaciones te exprimen el cerebro y el corazón.
¿Cuáles son los efectos de estas relaciones? Te vas quedando solo sin amigos, ya que se sienten frustrados de ver cómo arruinas tu vida.
Aparte de eso, tu capacidad de razonar se ve afectada porque el miedo al abandono no te deja pensar, así que piensas solo con las emociones y solo por unas migajas de aceptación aguantas el desprecio de tu pareja, lo que va empeorando tu autoestima y empiezas a sacrificarte por el otro. Gran error porque una relación no requiere sacrificio, debe basarse en el gusto de estar en ella y en la reciprocidad.
Qué hacer: haz como los marineros cuando se tapaban los oídos para no ser seducidos por el canto de las sirenas, ya que así solo confiaban en lo que estaban viendo, así que si lo que te prometen no corresponde con lo que estás viendo, vete pronto. Cuando salgas de esa relación no saltes rápidamente a otra porque vas a caer en lo mismo, mejor haz una pausa, trabajando sobre tus errores.
El sentir que te mueres sin la persona no equivale a morirse literalmente, igual que el adicto hay que resistirse a la tentación de volver a consumir lo que lentamente te está matando, lo que tienes que atender son tus vacíos emocionales, tu manera de vincularte con los demás y eso parte desde adentro, sin necesidad de encontrar al príncipe o princesa encantado que ahora sí te va a amar como tú necesitas, más bien fíjate si tú puedes ser una persona amada por una persona sana o te has convertido en el ideal de un manipulador narcisista.
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