En medio de la zozobra política que se ha ido creciendo por estos días previos a las elecciones presidenciales, pasó desapercibido el Auto 691 dado a conocer por la Corte Constitucional el 8 de junio en donde le ponen las banderillas de castigo a Susana Correa, ministra de Vivienda, para que en un plazo perentorio de 20 días corrija una serie de fallas dañinas incurridas en la reconstrucción de las casas de las víctimas del huracán Iota en la isla de Providencia.
De paso, y con elegancia jurídica pastusa, desmienten al presidente Duque con sus datos hechos públicos en abril en el sentido de que más del 85 % de la reconstrucción se había completado. Usando el dato oficial de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, la Corte recoge en ese Auto que solo 690 viviendas de las 2664 destruidas han sido reconstruidas en su totalidad. Para los colombianos esa actitud gubernamental no es nueva ni sus actores diferentes.
Susana Correa, actual ministra, fue la encargada presidencial de reconstruir la isla y como iba a fracasar en su gestión, la premiaron ascendiéndola a ministra de Vivienda. Ahora la Corte les regaña y les dice también que “la deficiente construcción del sistema de saneamiento de las nuevas viviendas está generando el vertimiento de aguas negras al ambiente”. Obviamente este Gobierno maquillador de mentiras a medias le mamará gallo a la obligatoriedad precautelativa que decreta la Corte Constitucional durante estos 20 días.
Y lo decimos porque es por jugar al maquillaje que la semana pasada declararon al presidente en desacato ante el Tribunal del Tolima y es por salir a pavonearse con las fotos del galeón camuflando haber hecho trizas el proyecto de rescate, en donde ya estaban planimétricamente situadas todas las piezas hundidas, desde la época del Gobierno Santos.
La tutela en firme que ha servido a la Corte para halarle las orejas a Susana y al gobernante no ha sido fallada definitivamente, pero si en el plazo concedido no se corrige lo mal hecho y, sobre todo si siguen sordos, a “tener en cuenta las sugerencias de los dueños de las viviendas que deban ser intervenidas”, es porque ni a la señora Josefina Huffington Archbold, quien presentó la tutela, le pararon bolas con sus protestas diarias.
Mucho menos que atendieron a los otros habitantes raizales que se cansaron de horadar la prepotencia de Susana la reconstructora. Menos ahora porque Susana la ministra ha confundido quizás a los habitantes de Providencia con los corteros de caña del ingenio azucarero donde la funcionaria se crió en el Valle del Cauca.
El Porce, junio 14 del 2022.
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