En diálogo franco con CALI24HORAS, el líder vallecaucano José Renán Trujillo García aclaró su posición frente a una eventual candidatura a la Alcaldía de Cali, su percepción sobre la campaña, cuál es su militancia partidista y dio puntadas del talante de su gobierno si fuera elegido.
Ha causado gran revuelo su última columna de opinión publicada en este diario, bajo el título ‘De frente y sin voceros’.
Es que amable y generosamente en diversos escenarios ciudadanos la gente me pregunta si voy a aspirar a ser el alcalde de Cali. La mayoría de las veces es por cariño, reconocimiento a una labor o sencillamente porque les gustaría que así fuera. Y si llegase a ser, pues es bueno ir sabiendo cómo sería mi proceder.
¿Por curarse en salud?
Para que no haya equívocos. Por ejemplo, hoy en día no estoy afiliado a ningún partido político, no soy militante activo. Fui afiliado y militante activo en el pasado, primero del Partido Liberal y después de Cambio Radical. Me declaro liberal progresista socialdemócrata, ideológicamente hablando.
¿Eso quiere decir que dejó de ser político?
Esa sería una postura, además de indecorosa, absolutamente arribista. Soy político de cuna, de formación, de profesión y por convicción. Simplemente no comparto las líneas de dirección con las cuales se manejan los partidos hoy. Soy un convencido de las virtudes de la participación ciudadana, del diálogo abierto, de los acuerdos sustentados en el respeto a la opinión ajena; no de los conciliábulos, de las imposiciones y menos de las posturas dictatoriales.
¿Quién es su jefe político actualmente?
A las dos personas que en mi vida pública he reconocido como mis jefes, les debo su enseñanza de ejercer la actividad política con la convicción de lo que se defiende y se pregona. Mis únicos jefes han sido mi padre Carlos Holmes Trujillo y Horacio Serpa Uribe. A los dos los amé y respeté como mis guías y maestros.
¿Y Carlos Holmes junior?
Junior fue mi idea del recto ejemplo, mi confidente, mi amigo, mi compañero de luchas. Por eso nunca seré un político vergonzante solo por ganar unos votos de respaldo. ¡No! Yo no soy un político vergonzante; soy un político profesional, de ideas liberales progresistas socialdemócratas y amante de la participación ciudadana, es decir, soy un político cívico e independiente.
¿Eso quiere decir que el suyo sería un gobierno para todos?
Lo que yo ofrecería si llegase a ser alcalde es ejercer un gobierno del mismo trazo de honestidad, transparencia, decencia, descentralización y desconcentración con las debidas adecuaciones del mundo moderno del Gobierno que presidió mi hermano como primer alcalde popular de Cali, que fue un gobierno compromiso de todos. A Carlos Holmes Trujillo García le reconocen tirios y troyanos que ha sido el mejor alcalde de elección popular de la ciudad; eso hace parte de mi idea de su recto ejemplo. Cuando asumo responsabilidades, lo hago sobre la base de no descalificar a nadie, valorar a cada quien y unir mis esfuerzos a los de todos para lograr objetivos comunes. Pregono, estudio y práctico de verdad la participación ciudadana. Eso en mí es innato, no es una postura de momento.
Usted habla como candidato, opina como candidato, propone como candidato, pero no dice que es candidato. ¿Por qué?
Porque sería irresponsable decirlo en un momento en el que se está tramitando en el Congreso una reforma política que nadie sabe cómo va a salir. Por experiencia propia sé muy bien que como entra redactado un proyecto de ley o un acto legislativo a consideración de las cámaras legislativas, nunca sale con el mismo articulado y redacción inicial. Usted solo imagínese que salga aprobada la unificación de fechas electorales para elección de gobernante nacional y mandatarios territoriales y locales. ¿De qué candidatura estaríamos hablando?
¿Cómo presagia la campaña?
Va a ser una campaña por la Alcaldía de Cali y la Gobernación del Valle, no solo dura sino grosera, irrespetuosa, de descalificaciones y agravios, de señalamientos permanentes y llena de dinero de origen desconocido. En Cali hay ya unas mafias enquistadas. Tenga la seguridad de que van a patalear hasta el final y harán uso de todo tipo de herramientas a su alcance. Óiganlo bien: todo tipo de herramientas que impidan que se le devuelva al pueblo de Cali el gobierno sobre su ciudad.
¿Y cuál será su actitud?
La que he asumido a lo largo de mi vida pública: de decencia, transparencia, franqueza y honestidad. Winston Churchill decía que si uno se para a tirarle piedras a cada perro que le ladra, no logra llegar a su objetivo. Allá verán cómo se insultan y se descalifican los demás, porque a ese espectáculo no me presto. Mi escenario es la búsqueda del pueblo, de la base popular, de la gente que siempre me ha elegido tomados de la mano con empresarios, trabajadores, docentes, líderes sociales, jóvenes esperanzados y mujeres como columna vertebral de nuestra sociedad caleña.
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