El presidente de Perú, Pedro Castillo, suscribió hoy el decreto supremo que declara de interés nacional la emergencia climática que se presenta en 21 playas del país, afectadas por un derrame de petróleo.
Y es que posterior a la erupción del volcán submarino Tonga, en Nueva Zelanda, se registraron oleajes inusuales que coincidieron con el momento en que un buque tanque descargaba petróleo por ductos a la refinería La Pampilla de Repsol.
Se estima que el derrame asciende a unos 6.000 barriles, afectando la flora y la fauna en dos áreas naturales, en el municipio de Ventanilla, provincia de Callao.
Aunque las miradas se han puesto sobre Repsol y su responsabilidad en el desastre ecológico, la compañía ha sido enfática en señalar que no la tiene, dado que la Marina de Guerra de Perú descartó una alerta de tsunami y que, ante ese anuncio, la compañía siguió con sus actividades de descargue del crudo, las cuales había iniciado desde el día viernes, horas antes de la erupción del volcán.
No obstante, la fiscalía peruana ha iniciado las investigaciones del caso y el gobierno le ha dado a Repsol una semana para que recoja el crudo.
La afectación abarca unos 50 kilómetros de litoral y cerca de 1.739 kilómetros cuadrados de mar. Esto podría acarrear una multa para Repsol de unos 35 millones de dólares.
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