Dos decisiones contradictorias relacionadas con Buenaventura y la competitividad del Valle del Cauca y del país, acaba de tomar el Gobierno nacional, lo que deja un sabor agridulce en la región y siembra dudas sobre el futuro desarrollo del comercio internacional a través del puerto marítimo.
La primera tiene que ver con la decisión de la Agencia Nacional de Infraestructura de declarar fallida la Alianza Público Privada que se había constituido desde antes del 2018, para asumir los trabajos de profundización del canal de acceso a Buenaventura.
La APP conformada por una empresa suiza de amplia experiencia y un prestigioso consorcio regional, presentó una propuesta completa y bien sustentada que, sin embargo, no satisfizo a la ANI, que hizo 17 observaciones y declaró fallida la propuesta.
Pese a que durante una reunión, la APP y el empresariado de la región le hicieron notar con precisión en el articulado de la propuesta, al director de la agencia, Manuel Gutiérrez, que sí se cumplían las exigencias, el alto funcionario ha decidido archivar el proceso.
Eso es muy grave para el Valle del Cauca y para el país, por cuanto de la profundización del canal que hoy tiene 12 metros a 15 o 16 metros de calado que debe tener, depende que los grandes buques de las navieras internacionales entren a Buenaventura a dejar y recoger sus mercancías. Actualmente, muchos de esos barcos no están llegando por la falta de calado y atracan en puertos vecinos de Ecuador o Panamá.
Eso lo que quiere decir es que hemos perdido competitividad en el mercado internacional y Colombia no se puede dar ese lujo en pleno proceso de reactivación económica, dándole la espalda al principal puerto sobre el Pacífico, por el que ingresa más de la mitad de la carga en contenedores del país.
La otra noticia, esta sí positiva, es que la misma ANI acaba de adjudicar las obras faltantes de la doble calzada entre Buga y Buenaventura, que estuvieron paralizadas tantos años.
La vía estaba incompleta, tenía tramos inconclusos y afectados por derrumbes de tierra. Las soluciones técnicas como túneles y viaductos no aparecían porque no estaban los recursos ni la licitación.
Hoy la Agencia Nacional de Infraestructura acaba dar la buena noticia de la adjudicación de esas obras faltantes al consorcio Sacyr por un valor de 2,2 billones de pesos, de los cuales el Valle del Cauca con su concesión vial pone un billón. Se espera que en los próximos dos años empecemos a ver las obras de esta importante vía que es, ni más ni menos, la salida de Colombia hacia la cuenca del Pacífico.
Queda pendiente destrabar el proyecto Mulaló-Loboguerrero que reducirá en más de 40 minutos la conexión de Cali con el Pacífico y se constituye en un proyecto estratégico para consolidar la iniciativa de Cali como Ciudad Región, donde está el futuro de la urbe y toda el área metropolitana extendida de la capital del Valle.
Ojalá se corrijan las decisiones adversas de la ANI en el canal de acceso a Buenaventura y se tome de una vez por todas la de avanzar en el tramo vial desde Mulaló que hace falta. ¡Que el nuevo gobierno nos escuche!
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