Los patrones de pensamiento son formas de organizar el mundo, y de generalizar la información que nos llega, para ahorrarnos tener que pensar todo el tiempo, pero cuando no corresponden con la realidad se vuelven dañinos, y nos vamos atorando. Nuestra forma de pensar condiciona cómo nos sentimos, por eso es importante saber qué pensamientos tienes y así poder operar directamente sobre tu control emocional.
Los pensamientos suelen ser automáticos, ni te das cuenta cuándo salen, por lo tanto, no eres consciente de ellos. Son repetitivos porque como ya no se cuestionan se hacen más profundos y recurrentes e intrusivos, porque te invaden de un momento a otro, y se repiten una y otra vez.
Por ejemplo, cuando piensas de forma reiterada que vas a morir de covid, aun sabiendo que tomas todas las medidas necesarias de cuidado. Así que te van esclavizando porque ya ni te los cuestionas y ten claro, que si tú no usas tus pensamientos ellos te usarán a ti, ya que son auténticos virus mentales.

El primer tipo de pensamiento negativo es el de todo o nada o polarizado, que ocurre cuando piensas que si algo no es bueno, entonces es malo cuando no es necesariamente así. Algo que no es malo puede que sea menos mejor, normal o regular, o piensas que si no eres exitoso, entonces eres un fracaso. O si alguien no es tu amigo entonces es tu enemigo, no hay términos medios en este estilo de pensamiento lo que lleva a que en un momento dado te alejes de alguien por algo que no vale la pena o te llevas muchas decepciones porque las personas no son como tú pensabas.
Es mejor que si, por ejemplo, sientes que a alguien no le importas porque no te contestó el teléfono, en lugar de pensar esto, pienses que tal vez esa persona estaba ocupada en el momento que llamaste, porque no siempre tiene que estar atenta a ti, incluso, no es que no te quiera, sino que no te quiere como tú esperas que te quiera.
Esto le quita intensidad al pensamiento o en los tiempos actuales de covid en lugar de pensar que estamos en la peor catástrofe humanitaria, pensar que estamos en una situación crítica -que no es el paraíso tampoco- pero que hay que implementar unos extra de cuidado para superarlo, lo cual podría ser un pensamiento intermedio.

El segundo tipo de pensamiento que te puede limitar mucho es el de responsabilidad excesiva o personalizada, muy típico de los perfeccionistas, donde te atribuyes a ti mismo la culpa de todo lo malo que te sucede, o cuando algo no sale como quieres, te dices cosas como: “Es mi culpa porque no lo hice bien” o “todos me deben estar odiando porque programé este paseo y llovió” y no tienes en cuenta que te das mucha importancia a ti mismo, porque hay eventos que realmente no tienen que ver contigo, como cuando se te cae un vaso y se rompe hay factores que no están relacionados contigo para que hubiera pasado esto, puede ser que había mucho jabón en tu mano, estabas distraído o distraída, o sonó un ruido fuerte de repente. Enfócate mejor en qué debes hacer para corregir las cosas cuando te equivocas.
El último tipo de pensamiento que causa bloqueo es del tipo saltar a conclusiones o creer que tenemos poderes adivinatorios, que ocurre cuando estás totalmente seguro de lo que el otro está sintiendo, pensando y de la razón por la que actúa como lo hace.
Aquí el error está en llegar a conclusiones sin tener evidencia lógica o razonable que soporte la conclusión.
Por ejemplo, si ves que alguien que está contigo mira el reloj entonces puedes empezar a pensar, “está aburrido conmigo”, cuando puede ser que tiene que hacer una llamada a cierta hora, o solo le provocó mirarlo y ya, pero tú te quedas con una sola explicación, que es tu explicación, que no está sustentada sino en tus sospechas.
Otro caso donde aparece este patrón es cuando piensas en casarte con tu pareja, por ejemplo, pero vienen pensamientos del tipo, ¿y si luego me es infiel? ¿Y si luego no podemos llevarnos bien? ¿Y si no podemos tener hijos? ¿Y si los tenemos, pero qué tal que no los sepamos criar? Te empiezas a hacer preguntas sin ninguna evidencia para preguntar y esto produce mucha ansiedad.
Piensa más bien: “Si mi pareja en algún momento quisiera serme infiel, ya lo habría hecho y no hace falta casarse” o “además la conozco hace buen tiempo y tenemos una buena relación, así que podemos construir algo más sólido”. Otro pensamiento válido es: “Si me es infiel, pues ya veré qué decisión tomar o qué hacemos al respecto”.
Estas formas de pensamientos se van modificando poco a poco con el ejercicio diario de replantearte y mirar una situación desde distintos ángulos, porque así como ya sabes cómo llegar a tu casa sin esforzarte mucho, pues con tu mente es igual: ya sabes cómo llegar a la desgracia sin esforzarte mucho, ya que son pensamientos arraigados que hay que irlos debilitando a través de la duda y el autocuestionamiento.
Por: María Claudia Pinzón, psicóloga.
Lea también: ¿Cómo saber si ya es momento de dejar una relación?: Columna María C. Pinzón
Síguenos en nuestras redes sociales:
¡Suscríbete GRATIS para recibir nuestro diario vespertino todos los días en tu WhatsApp!